Sobre mí

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Capaz de aprenderse discografías completas desde Tom Petty a Las Grecas, pudo haberse dedicado a la música.

Con una gracilidad fuera de lo común, que le permite pasos y movimientos imposibles, pudo haber llegado lejos en la danza.

Con una sensibilidad y una capacidad interpretativa fuera de toda duda, pudo haber triunfado en el teatro.

Pero finalmente entendió que su mundo se componía de tipografías, paletas cromáticas y grafismos por lo que, con mucho acierto, decidió dedicarse al diseño. Para ello se licenció en Bellas Artes en la especialidad de diseño gráfico y se fue a Barcelona a hacer un postgrado.

Ama el término “evolutivo”, le gusta contar con los dedos y le apasiona la comida asiática, sin hacerle ascos a la ibérica, la italiana, la africana o la macaronésica. Elabora el mejor pil-pil que pueda probar un mortal.

Su grado de perfeccionismo, a la altura de su sentido del humor, le lleva a examinar al menos tres ejemplares de una prenda antes de adquirirla; ningún punto salido, costura defectuosa o vicio en el tejido escapan a su ojo rapaz.

Vive con sencillez y es muy feliz con muy poco. Su máxima en el diseño: menos es más.

Firmado: alguien que le conoce muy bien.

Capaz de aprenderse discografías completas desde Tom Petty a Las Grecas, pudo haberse dedicado a la música.

Con una gracilidad fuera de lo común, que le permite pasos y movimientos imposibles, pudo haber llegado lejos en la danza.

Con una sensibilidad y una capacidad interpretativa fuera de toda duda, pudo haber triunfado en el teatro.

Pero finalmente entendió que su mundo se componía de tipografías, paletas cromáticas y grafismos por lo que, con mucho acierto, decidió dedicarse al diseño. Para ello se licenció en Bellas Artes en la especialidad de diseño gráfico y se fue a Barcelona a hacer un postgrado.

Ama el término “evolutivo”, le gusta contar con los dedos y le apasiona la comida asiática, sin hacerle ascos a la ibérica, la italiana, la africana o la macaronésica. Elabora el mejor pil-pil que pueda probar un mortal.

Su grado de perfeccionismo, a la altura de su sentido del humor, le lleva a examinar al menos tres ejemplares de una prenda antes de adquirirla; ningún punto salido, costura defectuosa o vicio en el tejido escapan a su ojo rapaz.

Vive con sencillez y es muy feliz con muy poco. Su máxima en el diseño: menos es más.

Firmado: alguien que le conoce muy bien.

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Lorea Larrinoa

Me apasiona la identidad gráfica o, como algunos lo llaman, el branding. Disfruto muchísimo del proceso de creación de una marca. Y si la vida no se trata de eso, de disfrutar con lo que haces, pues para mí no tiene sentido.

680 23 72 96
aupa@lorealarrinoa.com